A 50 años del golpe contra Allende la oposición chilena se resiste a firmar declaración por la democracia

El 50º aniversario del derrocamiento de Salvador Allende ha puesto a Chile en un estado de tensión donde la oposición se muestra reacia a firmar una declaración en apoyo a la democracia propuesta por el presidente Gabriel Boric.

El presidente ha fomentado un tono de “confrontación” más que de reconciliación, afirman dirigentes de derecha y extrema derecha, que les sirve de defensa.

Los políticos de oposición que defendieron al dictador Augusto Pinochet y proporcionaron múltiples justificaciones para el golpe del 11 de septiembre de 1973, por otro lado, han sido recientemente quienes han aumentado las tensiones y la división de larga data en la nación.

A pesar del creciente desacuerdo sobre el relato histórico, Boric ha declarado anteriormente que hará todo lo posible para persuadir a todas las esferas políticas a firmar una declaración por unanimidad.
“Nos comprometemos colectivamente a valorar y cuidar la democracia y respetar irrestrictamente los derechos humanos, prometiendo que Chile nunca más será un país donde las personas sean perseguidas por tener opiniones diferentes por miedo al futuro de nuestra nación. Eso es lo que hemos sido intentarlo, dijo, “y es la declaración a la que hemos invitado a las partes”.

También reveló que había hecho saber a la oposición su voluntad de establecer las condiciones necesarias para garantizar la comodidad de todos en el momento de firmar, pero que no había recibido nada a cambio.

resistencias.
El lunes, los líderes de Chile Vamos de la coalición opositora exigieron a Boric “cambiar el tono” y buscar acuerdos.

Todos coincidimos en que el gobierno había impuesto un tono de conflictividad y polarización a esta conmemoración. (La derecha no tiene por qué rendir cuentas a nadie en su compromiso con los derechos humanos, afirmó Diego Schalper, secretario general del Partido Renovación Nacional.

Pretenden equiparar los crímenes cometidos por el Estado y los civiles, algo que ya ha sido distinguido en el derecho internacional, al exigir que el gobierno condene incondicionalmente “todo uso de la violencia”, que incluye no sólo el golpe o la dictadura sino también la uno que participó en la resistencia armada.

Además, al responsabilizar a ambas partes por igual, se hace un esfuerzo por defender la violencia estatal que condujo a crímenes imprescriptibles de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos.

Durante esta polémica discusión, la secretaria general del gobierno, Camila Vallejo, aclaró que los desacuerdos políticos pueden expresarse de manera vehemente.

“Sin embargo, hay una cosa que nunca se debe cuestionar: la democracia siempre debe ser defendida porque si no, el pueblo es el que sufre. El espíritu del presidente es alentar el diálogo para forjar acuerdos y fortalecer nuestra democracia”. ella dijo.

Añadió que el esfuerzo por llegar a un acuerdo no puede implicar, de ninguna manera, que cese la condena al terrorismo de Estado practicado durante 17 años por Pinochet.

“El presidente no impone ni coacciona alguien. Esperamos que la abrumadora mayoría acepte este compromiso fundamental, pero nadie está obligado a hacerlo. Estas cuestiones no son negociables; “Hay un compromiso muy claro: democracia siempre y respeto a los derechos humanos siempre, ni más ni menos”, concluyó.

contratiempos.
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, lamentó el ambiente político que rodea a un aniversario tan significativo en la historia del país.

“Siento que ha habido un retroceso, lo cual me preocupa. 50 años debería ser algo que nos una en torno a estos conceptos que son súper básicos, en lugar de usarlos como un arma política”, dijo. “Creo que hubo un cierto retroceso”. mucho más acuerdo global condenando lo que había sucedido cuando cumplí 40 años.

Reveló que el presidente había reconocido que hay un “clima eléctrico”, con lo que ella no estaba de acuerdo, luego de reunirse con Boric en preparación de la ceremonia prevista para el próximo lunes.
Afirmó: “El ambiente político es bastante tóxico y creo que no es bueno para nosotros. Lo que necesitamos es poder escucharnos, dialogar y llegar a acuerdos en temas fundamentales con una perspectiva de Estado”. .

Sostuvo que hasta hace poco existía un consenso fundamental de que la democracia es importante, que debe ser salvaguardada y que nada excusa la violación de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo, lamentó: “Siento que, de alguna manera, ese compromiso hoy no lo tengo tan claro.