Alejandro González Cussi se va de Morelia dejando atrás violencia e impunidad

Alejandro González Cussi dejó recientemente su cargo como comisionado de la Policía de Morelia tras una gestión marcada por escándalos, despidos masivos y un aumento constante en la percepción de inseguridad.

Desde su llegada en 2021, su administración enfrentó críticas por divisiones políticas, falta de resultados concretos y la persistencia de la corrupción dentro de la corporación policial de la capital michoacana.

Durante su mandato, se destituyó a 130 agentes en un proceso que se presentó como profesionalización, acompañado de la compra de 300 cámaras corporales por 10.5 millones de pesos. Sin embargo, estos dispositivos no se usaron eficazmente para supervisar el trabajo policial, sino que más bien evidenciaron conductas inapropiadas, como el caso reciente de tres policías captados consumiendo alcohol en horas laborales.

Las denuncias por abuso policial fueron constantes. En octubre de 2024, un incidente que involucró el uso de gas pimienta contra una menor motivó una investigación formal por parte de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, sumándose a las 42 investigaciones iniciadas solo en 2023 por violaciones a derechos humanos cometidas por policías municipales.

Además, se documentaron prácticas de corrupción institucionalizadas, como la aplicación de un reglamento de tránsito obsoleto con fines recaudatorios que afectó directamente a la ciudadanía. Estas prácticas eran impulsadas desde los altos mandos, replicando esquemas de administraciones anteriores sin voluntad real de cambio.

Mientras tanto, la violencia en Morelia se intensificó. Según datos del Inegi, la percepción de inseguridad creció de 72.5% en 2022 a 79.2% en 2025. A pesar de los elevados presupuestos en seguridad, Morelia se mantiene entre las ciudades más violentas del estado.

La estrategia de González Cussi replicó un modelo fallido que también aplicó en Colima, donde la inseguridad también alcanzó niveles alarmantes. En ambos casos, las ciudades terminaron entre las más peligrosas a nivel mundial.

De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal en 2024, Morelia figura entre las ciudades más inseguras del mundo, lista en la que Colima ha permanecido por más de siete años, evidenciando el fracaso sistemático del enfoque del excomisionado.