Alfonso Martínez deja morir al auditorio Bicentenario

El Ayuntamiento de Morelia no dio respuesta sobre la construcción del auditorio de la Dirección de Deportes Vicentenario. El espacio, que costó más de 122 millones de pesos, está “colapsando” porque el gobierno de Alfonso Martínez Alcázar no ha logrado preservarlo. Han pasado más de 12 años desde que el municipio se dio a la tarea de organizar eventos deportivos, culturales y sociales en una estructura moderna.

Desde 2015, al inicio de la entonces primera administración “independiente”, la entidad matriz no ha recibido financiación para el mantenimiento. Esta tendencia continuó bajo el liderazgo de Raúl Morón Orozco, quien descuidó el proyecto, y para 2023 estaría casi ocho años sin mantenimiento.
Llevó mucho tiempo. El acceso al salón es peligroso para todos los ciudadanos. Incluso la más mínima vibración en el aire puede provocar el colapso de los paneles del techo. Sin perjuicio de lo anterior, estos locales aún no han sido cerrados o restringidos por riesgo para la ciudadanía. Parte del compromiso del alcalde Alfonso Martínez Alcázar cuando asumió la presidencia del ayuntamiento en octubre de 2021 fue restaurar este espacio. Aún no se ha hecho.
El gobierno de la ciudad, junto con Imcufice, estimó los costos de reparación y mantenimiento en 18 millones de lei para restaurar la funcionalidad de la sala dañada. Pero incluso después de varios meses, no había señales de rehabilitación. En marzo de este año, le preguntaron al diputado sobre la libertad bajo fianza y repitió lo mismo. “Comenzaremos a renovar el Domo Bicentenario para que el espacio pueda usarse para grandes eventos. Morelia es un lugar para eventos muy grandes”. A pesar de estas promesas, la intervención reciente más significativa fue la de los bomberos de la ciudad, que tuvieron que responder a una llamada de emergencia relacionada con un incendio en uno de los teatros.
El secretario del Consejo, Yankel Benítez Silva, también admitió que el salón había sido irrumpido por personas sin hogar y destrozado por jóvenes que se encontraban allí. Esto coincide con las quejas de los residentes, que advierten que los borrachos se aprovechan de los espacios vacíos y hacen carreras de resistencia en las estanterías no supervisadas del departamento de deportes.