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El giro inesperado en la diplomacia global: La conversación entre Putin y Trump redefine el conflicto en Ucrania
La reciente llamada telefónica entre Vladímir Putin y Donald Trump se ha convertido en el epicentro de la discusión política internacional. No solo ha generado reacciones entre líderes mundiales, sino que también ha captado la atención de los principales medios occidentales, que analizan el impacto de este diálogo en el curso de la guerra en Ucrania.
¿Un cambio de rumbo en la política estadounidense?
Varios medios coinciden en que esta conversación marca un punto de inflexión en la relación entre Washington y Moscú. The New York Times calificó el diálogo como “un golpe a los esfuerzos de Occidente por aislar a Putin” y destacó que para la administración de Trump, encontrar una salida negociada al conflicto es una prioridad. The Times reforzó esta visión, señalando que la llamada demuestra el fracaso de los intentos occidentales de convertir a Rusia en un paria internacional.
Sin embargo, el acercamiento también genera incertidumbre. El diario británico The Guardian advierte que este movimiento podría interpretarse como un indicio de que Trump planea dejar a Ucrania fuera de las futuras negociaciones de paz. En la misma línea, Asia Times sugiere que desde la perspectiva de la Casa Blanca, Rusia no representa una amenaza real para Europa, desestimando la narrativa dominante en Occidente.
¿Una nueva alianza entre Washington y Moscú?
The Washington Post considera que la conversación de 90 minutos “rompe un largo silencio entre ambas potencias” e inaugura “una nueva etapa en la relación entre Trump y Putin”, lo que podría inquietar a Volodímir Zelenski y a sus aliados europeos. Bloomberg, por su parte, apunta que esta llamada “envía una señal de que Estados Unidos y Rusia podrían alcanzar un acuerdo sin tomar en cuenta las exigencias de Kiev”.
En tanto, Politico interpreta este episodio como “un cambio significativo en la postura de EE.UU. respecto a Rusia”, evidenciando la voluntad de Trump de reestablecer relaciones con Moscú. Axios complementa esta lectura, indicando que tanto la llamada como la reciente liberación de prisioneros entre ambas naciones sugieren un deshielo en la relación bilateral.
El medio italiano La Repubblica sintetiza el impacto de este giro diplomático al señalar que “la jornada de ayer podría redefinir el orden mundial que ha regido desde el fin de la Guerra Fría”.
Ucrania, bajo presión
El impacto de la conversación en Kiev ha sido inmediato. Según Le Figaro, la postura de Trump acelera la redefinición de los límites de la intervención estadounidense en la guerra. Varios medios coinciden en que esta señal de repliegue ha generado alarma en las capitales europeas, donde se teme que el respaldo occidental a Ucrania se debilite aún más.
En respuesta, la Unión Europea y sus Estados miembros emitieron una declaración conjunta exigiendo un papel central en cualquier negociación de paz. Le Parisien y The Sydney Morning Herald indican que la presión sobre Zelenski es cada vez mayor y que la posibilidad de un acuerdo con Rusia se vuelve inevitable.
Por su parte, ABC califica como un “golpe devastador” para Ucrania la declaración de Trump de que su adhesión a la OTAN es inviable y que la recuperación de los territorios perdidos es poco realista. En la misma línea, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, afirmó que volver a las fronteras previas a 2014 es una expectativa poco factible, desestimando la insistencia de Zelenski en este punto.
El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung resume la situación como “una nueva fase de incertidumbre” para Kiev, marcando un quiebre con la estrategia que Occidente ha seguido hasta ahora. En este escenario, la pregunta que se plantea no es cómo ganará Ucrania, sino si aún tiene posibilidades de hacerlo.
Mientras tanto, Trump ha confirmado que se reunirá con Putin en Arabia Saudita en un primer acercamiento cara a cara. Según el Kremlin, ya se están conformando equipos de negociación para explorar una posible resolución al conflicto.

Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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