Carlos Briones: “Hacernos las grandes preguntas sobre el origen de la vida y el Universo nos ayuda a desarrollar nuestro cerebro y ser más humanos, que no es poco”
Pocas personas están tan preparadas para contestar qué es la vida y dónde podemos encontrarla como Carlos Briones.
Científico, divulgador y poeta, el astrobiólogo español lleva años haciéndose las grandes preguntas sobre el origen de la vida en la Tierra y la existencia de otras vidas en el Universo.
Y tal como dice en su cuenta de Twitter, “Ciencia para entender el mundo, poesía para nombrarlo. Y, siempre, la duda”, le interesa y apasiona hacerlo a través de la “tercera cultura”, esa conexión entre la ciencia, las humanidades y las artes.
Con su equipo, desarrolla investigaciones sobre las primeras moléculas biológicas que pudieron transmitir información genética y desarrolla biosensores capaces de detectar moléculas relacionadas con la presencia de vida, sea donde sea.
Briones -que trabaja en el Laboratorio de Evolución Molecularen el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) en España asociado al Instituto de Astrobiología de la NASA-participa esta semana en el Hay Festival de Querétaro, México, donde conversará sobre su último libro: “¿Estamos solos?: en busca de otras vidas en el cosmos”.
Has dicho que si existiera vida inteligente extraterrestre, no estaría dentro del sistema solar, ¿por qué?
Porque se han visitado ya todos los planetas y los principales satélites del sistema solar.
Y hemos encontrado mundos con una gran geología y una química fascinantes, pero ninguno de ellos ha dado ninguna muestra de que haya una estructura o una emisión de señales, ni nada que nos diga que puede haber vida inteligente dentro del sistema solar.
Si existe vida inteligente fuera de nuestro planeta hay que asumir que estaría en planetas extrasolares, es decir, fuera de nuestro vecindario cósmico.
Hoy sabemos, por ejemplo, que existen más de 5.000 planetas extrasolares caracterizados, pero asumimos que debe haber un número como de un 1 seguido de 23 ceros.
Ese número es tan inmenso que si existe vida inteligente en otros planetas, ¿cómo la podríamos detectar?
La podríamos detectar por emisiones de radio.
Si hay vidas inteligentes, habrán tenido a lo mejor una evolución cultural parecida a la nuestra, y podrán enviar o recibir ondas de radio, es decir, podrán enviarnos mensajes y recibir nuestros mensajes.
Pero si evolucionaron de una manera distinta a la nuestra, no necesariamente tendrían que ser capaces de comunicarse a través de ondas de radio…
Si no han desarrollado ondas de radio, teniendo en cuenta lo lejos que están, es imposible que nos comuniquemos con ellos, aunque el universo esté lleno de vida.
Eso suena un poco decepcionante, ¿verdad? Puede ser que en torno a algunas estrellas -como las que vemos cuando miramos la noche estrellada- haya planetas y que en esos planetas haya vida, pero que seamos incapaces de detectarla.
Eso también quiere decir que a nosotros no nos podría haber detectado nadie antes de principios del siglo XX, que fue cuando se desarrolló la radio.
Y fíjate que sí éramos inteligentes en el Renacimiento o en la Grecia clásica, pero no habíamos desarrollado la tecnología para que nos detectaran desde fuera.
¿Por qué tienen que ser ondas de radio, no hay otras maneras de comunicarnos con vidas inteligentes?
Porque como están tan lejos, no podemos ver estructuras construidas por seres inteligentes. No hay ningún telescopio ni va a haber nunca ningún telescopio con una resolución suficiente como para ver esas estructuras.
Fuera del sistema solar, el planeta conocido más cercano, Próxima b, está a 4,2 años luz de la Tierra.
Entonces, ¿qué nos llega desde ese planeta, cómo descubrimos que existe?
Nos llega radiación, nos llegan ondas que pueden ser luminosas en el espectro visible u otras ondas en el espectro de radiación electromagnética.
A mediados de los 70, científicos creyeron haber encontrado una señal de vida inteligente, pero esa esperanza pronto se desvaneció…
Sí, se encontró una señal llamada WOW, que es lo que anotó el observador estadounidense Jerry Ehman cuando la detectó. Pensaba que en esa señal había alguna implicación de seres inteligentes.
Pero luego se vio que se trataba probablemente del reflejo en un trozo de basura espacial de una onda de radio producida en la Tierra.
Así que hasta ahora, hemos mandado e intentado recibir señales de radio, pero no hemos tenido ninguna buena noticia en ese sentido. Hasta ahora, estamos solos en el universo.
¿Dónde es lo más lejos que hemos llegado en el espacio?
Con instrumentos construidos por los humanos, las sondas Voyager 1 y Voyager 2 son las que más lejos han llegado y que abandonaron ya el sistema solar.
Están viajando por el espacio fuera de este entorno planetario y han hecho un trabajo excelente.
¿Qué podemos ver? Con el telescopio James Webb podemos ver la luz emitida por las primeras galaxias que se formaron, muy cerca del origen del universo, hace unos 13.000 millones de años.
Y lo más lejos que hemos podido llegar físicamente los humanos es la Luna y pronto volveremos a ella con el programa Artemis de la NASA. Quizás en un año aproximadamente.
¿Y hasta dónde hemos llegado en la investigación sobre el origen de la vida, que es clave para encontrar vida en otros planetas?
Lo que había en el origen de nuestro planeta era geología y química. Había moléculas cada vez más complejas que van formando sistemas capaces de autorreproducirse y evolucionar, es decir, seres vivos.
Si los humanos evolucionamos a partir de unas moléculas que lograron autoreproducirse, ¿Cuándo ocurrió eso?
No podemos saber exactamente cuándo pasó, pero asumimos, que si nuestro planeta tiene unos 4.500 millones de años, la vida surgió unos 700 millones de años después, es decir, hace unos 3.800 millones de años, cuando se dieron las características para que surgiera.
Hablamos de la vida entendida como un sistema de moléculas capaz de copiarse y de reproducirse. Eso estaría en las raíces del tronco común que tenemos todos los seres vivos, que está en la metáfora del árbol de la vida.
En ese árbol tenemos un tronco del que salen primero dos ramas, luego tres, luego muchas. Consideramos que puede haber unos 600 millones de ramas, es decir, de especies.
De ahí viene entonces la idea de LUCA, el antepasado universal de todos los seres vivientes en nuestro planeta…
Después de producirse una serie de procesos moleculares llegamos a LUCA, que está en la parte superior del árbol. Asumimos que LUCA era una célula parecida a las nuestras, y a partir de ahí se produce la diversificación de la vida y las especies.
Estoy tratando de imaginar lo que me dices. ¿Cómo es ese sistema de moléculas capaz de autorreproducirse, ¿a qué se parece?
Imagínate una burbujita con una membrana de moléculas tipo aceite que son capaces de llevar información genética y de hacer un metabolismo.
Serían seres mucho más sencillos que una bacteria, pero con la característica fundamental de hacer copias de sí mismos y evolucionar.
Esto de preguntarse sobre el origen de la vida y si existe vida extraterrestre, ¿para qué nos sirve realmente si las posibilidades de encontrarla son mínimas?, es decir, ¿por qué gastar tanto tiempo y recursos en eso?
Yo creo que la utilidad de este tipo de grandes preguntas es llevarnos a los límites de lo que los humanos nos podemos plantear, es llevarnos al límite del conocimiento.
Hacernos las grandes preguntas nos ayuda a desarrollar nuestro cerebro y ser más humanos, que no es poco.
Pero es que además en el camino, cada vez que investigamos sobre estos temas, se generan tecnologías que luego son muy útiles.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, nuevos materiales. La exploración espacial ha sido el gran dinamizador de la búsqueda de materiales que sean más resistentes y más ligeros.
Se pueden aplicar, por ejemplo, en aviones o nuevos sistemas de comunicación que luego se aplican en tecnologías como los teléfonos.
O en sistemas de soporte vital para los astronautas, que luego se llevan a los hospitales y nos permiten estar con vida en una Unidad de Cuidados Intensivos. O en el desarrollo de fármacos.
La exploración espacial tiene una repercusión directa en el bienestar de la población.
Como la exploración es muy costosa y los recursos siempre son escasos, cuando llega el momento de elegir dónde enfocar los esfuerzos para encontrar vida extraterrestre, ¿hacia dónde se dirigen?, ¿dónde es más probable encontrar algún tipo de vida fuera de la Tierra?
En cuanto a vida cercana, es decir, en el sistema solar, los mejores candidatos son Marte y un satélite de Júpiter que se llama Europa, que tiene una costra de hielo de 20 kilómetros con muchas grietas, pero por debajo existen 100 kilómetros de agua líquida.
Imagínate, es un gran océano y en esas aguas podría haber seres vivos.
Lo que buscamos son lugares en los que pueda haber agua, una fuente de materia orgánica, es decir, moléculas con carbono, y energía.
Cuando tienes esos tres componentes, asumimos que se dan las condiciones para que haya vida.
¿Y que hemos encontrado hasta ahora en Marte?
Marte tiene bastante agua congelada en el suelo, agua con mucha sal que forma una especie de barro muy líquido, una especie de lago denso a 1.500 metros bajo la superficie.
Se han detectado distintos tipos de moléculas, pero todavía no hay nada que nos permita decir que ahí se originó vida.
¿Cuándo los humanos podremos amarizar, poner un pie en Marte por primera vez en la historia?
Para que los humanos lleguemos a Marte faltan más o menos 20 años, pero las cosas pueden ir más rápido porque ha habido iniciativas privadas, como Space X, que ha revolucionado un poco todo este campo.
Quizás en lugar de 20 años falta solo 15 años para llegar a Marte.
Hay muchas esperanzas puestas en poner una huella humana en Marte, tal como se hizo en 1969 con la Luna.
¿Y por qué no hemos vuelto a la Luna?
Se interrumpió el programa de la NASA porque estaba siendo extraordinariamente costoso y lo que se quería obtener ya se había hecho, y porque la geopolítica es fundamental.
Estados Unidos ya había demostrado su liderazgo, y ya no había en esa época mucho más que investigar allí.
Pero eso va a cambiar. Quizás el primer vuelo con humanos se hará dentro de un año aproximadamente. Las fechas están variando constantemente, pero falta poco para volver a la Luna.
¿Y en qué nivel de avance está el programa de exploración espacial de China? Recientemente hemos visto acusaciones cruzadas entre EE.UU. y China sobre querer “apoderarse de la Luna”
Sí, así como hubo una tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética, ahora es entre EE.UU. y China, claramente.
China tiene un programa espacial muy ambicioso, están haciendo las cosas muy rápido y muy bien. Han tenido mucho éxito en la exploración de la Luna.
También fueron capaces de llegar a Marte el año pasado con un orbitador, un aterrizador fijo, del cual descendió un vehículo con ruedas y todo eso en la misma nave.
Es algo que no había conseguido la NASA, y China lo hizo en su primer intento, lo que quiere decir que son muy buenos en exploración espacial, en tecnología de cohetes y, por lo tanto, son y van a ser un competidor importante de Estados Unidos.
Por otra parte, en China utilizan el aparato de propaganda que da este tipo de éxitos para acallar otras cuestiones en relación a los derechos humanos y el nivel de democracia.
Entonces, hay ahora una competición abierta entre Washington y Pekín por la Luna. Y otra carrera por Marte. Veremos quién gana.
A los científicos nos interesan más los avances que se puedan conseguir, que quién sea el primero que ponga su banderita. Eso es muy de los políticos.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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