Chile, 1973: ¡NI PERDÓN NI OLVIDO!

Un golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet contra el presidente chileno Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 sumió a la nación en casi dos décadas de oscuridad y tuvo como resultado muertes, desapariciones y violaciones de derechos humanos que aún hoy, 50 años después, se revelan. más tarde.

La dictadura militar chilena violó los derechos y libertades civiles durante 17 años, de 1952 a 1990, utilizando una estrategia bien planificada y una represión severa que la población finalmente aceptó como necesaria para sobrevivir.

Medio siglo después, Mara Cecilia recuerda cómo, mientras jugaba a la orilla de un río, reflexionó sobre imágenes “de una crueldad monstruosa y aterradora” cuando tenía 7 años. Recuerda haber visto “personas infladas, destrozadas, con caras que no podía distinguir si eran hombres o mujeres”. Ella “normaliza todas las tragedias cuando eres una niña”, reflexiona.

Fueron golpeados, desnudados y inmovilizados mientras los torturaban en Villa Grimaldi.

Cuando la dictadura militar secuestró a Yolanda Contreras, la llevaron a Villa Grimaldi, donde afirma que fue sometida a torturas sistemáticas, incluyendo “aplicación de corriente, golpes, desnudez y ataduras. Puede ser en una silla, en un marco de cama de metal o en un letrero de metal. Además, había un lugar en la torre donde se colgaba a los prisioneros.

Una de las prisiones e instalaciones de tortura más grandes bajo el régimen de Pinochet fue Villa Grimaldi. Según informes, allí había 5.000 detenidos, incluida la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, 18 de los cuales fueron ejecutados y 211 siguen desaparecidos.

Cuando comenzó la dictadura, Contreras también perdió a su hermano Ezequiel, un soldado de la Guardia Presidencial de Allende. Señala el lugar de la ejecución extrajudicial, diciendo que luego de ser detenido el 4 de octubre de 1973, “lo llevaron a un lugar apartado, camino al aeropuerto, y allí lo asesinaron”.

“Desde que mataron a mi hermano, he vivido con ira toda mi vida. Aquí no hay lugar para el remordimiento ni para el perdón.

Ella y su hermano son dos de las más de 40.000 víctimas que figuran en la información oficial proporcionada por distintas Comisiones de la Verdad, que también incluye a quienes fueron ejecutados y desaparecidos.

Desde que mataron a mi hermano vivo en constante rabia. Y eso me permite movilizarme y avanzar. Aquí no puede haber perdón ni olvido, por eso he luchado toda mi vida y lo seguiré haciendo”, afirma Contreras.

La sobreviviente también analiza los efectos de los 17 años de dictadura en su nación, incluida la introducción de la forma más extrema de neoliberalismo. Sobre un sistema que para ella es “hambre y muerte” y raíz de la “desigualdad”, “estábamos donde se impuso por primera vez el modelo mediante una dictadura, un genocidio”.

Anteriormente general en servicio: “Pinochet alteró con éxito el rumbo de Chile”.

Por otro lado, un segmento de la sociedad chilena respaldó el Estado golpista y la dictadura resultante. Jorge, exjefe del Estado Mayor de la Marina Patricio Arancibia Reyes, cercano a Augusto Pinochet en sus primeros años, continúa apoyando al régimen, del que todavía se sabe que cometió miles de violaciones de los derechos humanos y condujo al colapso de la democracia.

Según Arancibia, la situación económica del país, donde la inflación superaba el 600 por ciento, justificó el golpe militar, y a Pinochet se le atribuye haber alterado “con mucho éxito” el rumbo de Chile. Aunque es consciente de que ha habido violaciones de derechos humanos, resta importancia a la idea de derechos humanos porque, en los años 1970, la frase ni siquiera se escuchó. “.