El intrigante caso de la abducción de Wladyslaw

El caso de abducción que tratamos en esta publicación es a la vez sorprendente y curioso. Al protagonista polaco de este suceso se le conoce como Wladyslaw, nombre ficticio, pues no ha querido nunca que su verdadera identidad transcendiese al público.

Las abducciones que vivía eran cíclicas durante unos años al principio, después se fueron separando en el tiempo, según contó a los investigadores que le entrevistaron sobre este caso.

Normalmente los ciclos de las abducciones empezaban siempre a la misma hora, sobre las seis de la tarde, cuando cerraba la tienda que regentaba y se dirigía a su casa en coche o andando, dependiendo del día. Su casa estaba a unos pocos kilómetros de Legnica (Polonia), la ciudad donde tenía la tienda.

Los procesos de abducción solían ser periódicos y siempre de la misma manera. En algunas ocasiones antes de sufrir la abducción, podía ver un objeto (siempre el mismo) en el cielo del tamaño de un pueblo, el cual siempre iba hacia él, comentaba Wladyslaw. El objeto tenia forma ovalada y tenía luces azules, parpadeaban y rodeaban todo el objeto volador, aunque le costaba verlo con claridad en su totalidad por lo grande que era.

Desde el objeto descendía un rayo azul sobre él, acto seguido se encontraba tumbado en una especie de mesa o camilla de operaciones en una sala con una luz fuerte de color blanco, con luces azules pequeñas alrededor de la sala.

Cuando aparecía en esta sala estaba atado, no había nadie hasta unos pocos segundos después, siempre aparecían dos “seres”, tenían una altura media (1’70 m), con algo parecido a unos trajes de color azul metalizado, les cubrían todo el cuerpo, en la zona donde deberían estar los ojos, el traje de estos seres tenía una visera rectangular, como en las mascarillas de los soldadores para cubrirse cuando sueldan.

Las manos tenían unos guantes y los pies unas botas. La pinta debería ser parecida a los trajes de protección que llevan los vulcanólogos cuando observan los volcanes de cerca, pero en azul.

Las primeras veces le llamó mucho la atención la forma de moverse, hacían unos movimientos extraños y se desplazaban sin mover las piernas, Wladyslaw siempre decía que parecía como si llevasen ruedas en los pies, unos patines o algo parecido. Aquellos seres (por llamarlos de alguna manera) controlaban sus deseos y sus pensamientos en todo momento.

Después de la sala blanca, aparecía en un pasillo muy grande con una luz azul poco iluminada, al igual que en la sala blanca, no sabía cómo había llegado allí, ni que había ocurrido con él entre medias. Recordaba que una vez en el pasillo estaba de pie y se desplazaba hasta una habitación muy grande, de forma ovalada con la misma luz tenue azul del pasillo, con muchos aparatos distintos en las paredes. Le llamaba siempre la atención que cuando se desplazaba del pasillo a la habitación, él se desplazaba como los seres de los trajes, sin mover las piernas.

Una vez en la sala ovalada, le sentaban en un sillón parecido al de los dentistas, a su alrededor había mucho movimiento de “seres” con ropas distintas a los primeros, estos tenían pantalones y/o túnicas, no recordaba ver cosas familiares, se sentía siempre muy tranquilo, raro como él decía, siendo la situación la que era. En esta sala si recordaba que le hacían una serie de pruebas parecidas a las que te pueden hacer en un hospital.

Le tocaban la piel con objetos metálicos, le pasaban placas por todo el cuerpo como si fuese algún tipo de escáner…una voz en su cerebro le decía todo el rato que estuviese tranquilo, que no tuviera miedo, el creía que esa voz era de alguno de los seres que había en la sala, pero él estaba siempre tranquilo, raro viviendo lo que estaba viviendo.

Durante las pruebas “medicas” que le hacían, la voz que el oía en su cerebro le hablaba sobre política global, maneras de vivir, ecología, tolerancia… El creía que la misma voz que el oía en su cerebro podía estar controlando o comunicándose con el resto de seres de la sala.

Cuando terminaban el “examen médico” otra vez volvía a otro momento en el que no recordaba nada y aparecía en el bosque que hay cerca de su casa andando. Siempre que le ocurría esto se repetía a sí mismo la misma pregunta mientras llegaba a casa ¿por qué a mí? Cuando en lugar de ir andando a casa o a su tienda utilizaba su vehículo, no encontraba el coche en el aparcamiento o en la puerta de su casa, dependiendo del caso, sino a kilómetros de distancia de donde se suponía que debía estar en el último recuerdo que tenía en cada ocasión.

En una de las abducciones, después de “despertarse” en medio de una carretera, encontró algo metálico diminuto “dentro” de su dedo pulgar, en la yema del dedo. Nunca dejó que ningún médico le sacase ese objeto y lo analizasen. Tampoco quiso nunca someterse a sesiones de hipnosis.

Recordemos que estas abducciones le ocurrieron durante mucho tiempo, con mucha frecuencia siempre de la misma manera, con pérdidas de memoria de lo que había ocurrido, pérdidas de tiempo de su vida, viviendo lo mismo dentro del OVNI. Al principio fueron semanales, literal. Después de un tiempo se fueron alargando en el tiempo y sin la misma pauta. Llegó a estar un año y medio sin sufrir ninguna abducción, pero después tenía tres o cuatro seguidas, como recuperando el tiempo. Es terrorífico pensarlo, solo debe saber lo que es el que lo sufre, impotencia total, no se es dueño de uno mismo.

Hay que puntualizar que este testigo tenía fama en el pueblo de ser una persona seria, un poco tímida y sobre todo, no le había llamado nunca la atención el tema OVNI, lo que llevaba a pensar a los investigadores (que fueron muchos), que no era una persona que pudiese inventarse este tipo de cosas, máxime con tantos detalles y con tanta pasión como le ponía al relato.

Como ocurre en muchos casos de testigos que ven un OVNI de cerca, cuando Wladyslaw veía el objeto nadie más lo veía y siempre estaba solo. Esto lo comprobaron los investigadores preguntando a la gente de las localidades circundantes a donde solía ser el avistamiento. No encontraron testigos que hubiesen visto objetos o luces en el cielo cuando él tenía estas experiencias. Lo que se suele llamar en el argot “campana de irrealidad”, solo ven o están en contacto con el OVNI o seres una o varias personas, como en una cúpula aislada del resto del mundo.

Después de estos sucesos, aquel Wladyslaw tímido, callado e ignorante del fenómeno OVNI, se transformó en una persona abierta y comunicativa, activa socialmente y un defensor a ultranza del fenómeno OVNI. Muy al contrario de lo que sucede en la mayoría de las abducciones, las cuales vuelven a sus protagonistas en personas cerradas en sí mismas, solitarias y temerosas.

 

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Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.

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