Esto es lo que nos enseñó “The Crown” sobre el príncipe Felipe

Ciudad de México.- Pese a que la vida del príncipe Felipe de Edimburgo siempre estuvo a la sombra de su famosa esposa, la Reina Isabel II, en el estreno de la serie The Crown, destaca algunos aspectos de la vida del príncipe.

Desde la primera temporada que debutó en 2016, se enfocó en la relación entre Isabel, antes de ser la monarca británica y Felipe, cuando son novios y posteriormente se casan en un matrimonio que duró 73 años hasta su muerte, este 9 de abril, a los 99 años de edad en el castillo de Windsor.

Una de las cosas que supimos del príncipe Felipe en esta serie fue que cuando el tenía un año y medio de nacido, su familia y él se vieron obligados a abandonar las Islas Jónicas, después de que la familia real en Grecia fuera exiliada.

Era descendiente directo de la reina Victoria, lo cual hace que tanto él y su esposa eran de alguna manera parientes lejanos, pues ambos bisnietos de la Reina Victoria.

Felipe fue el quinto hijo de Alicia de Battenberg, nieta de la Reina Victoria. La madre del duque de Edimburgo padeció sordera congénita y su infancia se desarrolló en varios destinos debido al trabajo de su padre como oficial naval. Le diagnosticaron esquizofrenia en 1930 y tuvo que ser internada en Suiza. Tras la caída del rey Constantino II de Grecia y el estallido de un golpe de Estado, la princesa fue enviada al Palacio de Buckingham invitada por su hijo y la reina Isabel II.

Para poder casarse con la Reina, Felipe tuvo que hacer muchas concesiones, como dejar su título real griego en 1947. Se convirtió en ciudadano británico naturalizado, así que cambió su apellido a Mountbatten. Tuvo que renunciar a su religion ortodoxa griega y su lealtad a Grecia. Perdió su título de príncipe de Grecia y Dinamarca.

Aunque desde hace años se ha hablado de la difícil relación e infancia de Carlos con sus padres, en la serie muestra que la educación estricta que recibió Carlos fue producto de Felipe, quien deseaba que su hijo recibiera esa educación similar al de él.

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Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.

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