Huesera: la deuda del cine mexicano de terror hecho por mujeres

Un cine mexicano con más de cien años de historia, incontables premios alrededor del mundo, el reconocimiento de la crítica internacional… pero con apenas dos largometrajes de terror dirigidos por mujeres y estrenados comercialmente. Dos. En un siglo de historia.

“Es impactante escucharlo… pero así es la realidad”, dice Edna Tenorio, directora de Macabro, el festival Internacional de Cine de Horror con más de 20 años de tradición en el país. Y es que, en efecto, pensar en un cine de género hecho por mujeres se reduce a apenas un par de nombres que han realizado largometrajes de terror y que han podido estrenarlos de forma comercial: Issa López con Vuelven –estrenada en 2017– y Huesera, ópera prima de Michelle Garza Cervera que llegó a la cartelera comercial el pasado 23 de febrero. 

“Podríamos buscar en el mundo indie, que es donde creo que se podría encontrar algo reciente”, agrega Edna y recuerda el filme Están aquí, escrito y dirigido por Sandra Becerril que fue estrenado en 2014 en el marco de Feratum, el festival de cine fantástico y de terror realizado anualmente en Tlalpujahua, Michoacán. “Es una película de muy bajo presupuesto, que no tuvo una corrida comercial y que apareció en un par de festivales nada más”, explica la directora de Macabro y quien, además, agrega a la selecta lista el título Las lloronas, de 2004, una cinta escrita y dirigida por Lorena Villareal; una cinta que, si bien retoma la icónica leyenda de La llorona, para Tenorio se trata de una película más apegada al género dramático y no propiamente al cine de género. 

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“Un país con una inquietud mágica de este tamaño tendría que estar produciendo mucho más [cine de género], con mucho más calidad y con una voz original”, le dijo Issa López a Gatopardo en 2017 durante la llegada de Vuelven a los cines. Su cinta fue galardonada con más de 30 premios en el mundo –incluido el de Mejor dirección en Fantastic Fest, lo que la convirtió en la primera mujer en lograrlo–, y recibió elogios de personalidades de la talla de Stephen King y de Guillermo del Toro, quienes aplaudieron la mirada de Issa en el cine de género. 

Seis años después, Huesera repite el camino y llega a la cartelera después de recorrer el mundo con éxito y recaudar más de 30 premios internacionales, incluidos los obtenidos en festivales de gran prestigio como Tribeca, Sitges y Morelia. Apoyada de un ambicioso lanzamiento por parte de Cinépolis Distribución, la cinta debutó en mil salas alrededor del país –algo poco usual para una película mexicana– y con el que, hasta el momento, ha sumado más de $29 MDP en taquilla y 639 mil asistentes en apenas tres semanas de exhibición. 

“Estamos muy felices, la verdad”, dijo Michelle previo a la llegada de su ópera prima a la cartelera nacional. “Cuesta trabajo creerlo. Es difícil entender lo que implican mil salas cuando una apenas puede soñar con estrenar en un festival de género y que se vuelve una peli de nicho y de culto. Con eso yo era feliz. Pero creo que el hecho de que Huesera tenga la oportunidad de llegar a tanta gente en nuestro país –que es el país en el que estamos inspiradas para contar esta historia–, es un gran sueño hecho realidad”. 

Para Natalia Solián, protagonista de esta cinta, Michelle, su directora “es una mujer con gustos tan específicos y tan desarrollados que le han dado ya una voz propia. Eso es indudable. Y esta voz, creo, fue capaz de sobrevivir a muchas adversidades para poder llegar al término de esta película, e hizo que Huesera conservara la identidad y la esencia que tiene y la esencia”.

De acuerdo con la actriz, Michelle se describe a sí misma “como una dóberman en el proceso” creativo de esta cinta y, para ella, todas las mujeres involucradas en este proyecto cinematográfico lo fueron también. “Y eso hace que la película realmente sea tan especial para nosotras, porque nos demuestra que podemos defender nuestra identidad creativa, que el mercado no tiene que someternos para comprarnos –en el mejor sentido de la palabra –y que a los espectadores mexicanos también le interesan este tipo de voces disidentes. Es una fiesta que Huesera esté llegando aquí, y que lo haga de esta manera. Es un honor”. 

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Para Mayra Batalla, ganadora del Ariel 2022 a Mejor coactuación femenina por Noche de fuego, de Tatiana Huezo, “estamos viviendo una época de efervescencia en cuanto a las feminidades y eso, a mí, me emociona mucho. Me fascina ser parte de eso y relacionarme con las mujeres con las que estoy sentada; con sus mentes, caprichos y locuras, pero también con sus luces y oscuridades. Y proyectos como Huesera nos permite darle visibilidad a esas sombras; hablar de lo no platicado y encontrar una empatía entre mujeres sobre temas, como la maternidad, que nos gustaría conversar. Eso es muy bonito”.

Mercedes Hernández, la mejor actriz del año en el Ariel en 2021 por su papel en Sin señas particulares, de Fernanda Valadez, la oportunidad que le da Huesera a las mujeres en el cine mexicano es algo que se ha buscado por tanto tiempo y ellas no están dispuestas a desperdiciar la oportunidad. “Lo hemos soñado y estamos hoy aquí defendiendo un proyecto que se hizo con pocos recursos económicos, pero con mucha inteligencia y corazón. Y ahí están 30 premios internacionales que nos respaldan. Y ahora queremos que el público mexicano vea lo que hicimos y que lo disfruten, que les dé tanto miedo como a nosotras el habitar estos mundos; mundos que no son ajenos, porque hablamos de cosas que a cualquier mujer nos ha pasado y hemos sentido”.

Una Huesera para romper con lo establecido

Para Edna Tenorio, no se trata de que exista un cine mexicano que esté cerrado a las voces femeninas. Lo que tenemos es una producción nacional muy apegada a los fondos públicos que no le apuesta tanto a crear proyectos de género. “Las películas que hemos tenido en la actualidad se producen más por la iniciativa privada como Videocine, productora que le ha invertido mucho al género en los últimos años”, afirma la directora de Macabro. “O los proyectos independientes, que son levantados por el dinero de sus involucrados, pero que son prácticamente desconocidos por el público general. Sin embargo, hay muchas mujeres que quieren contar historias a través del terror. En Macabro, hemos recibido, de diez años para acá, cada vez más cortometrajes dirigidos por mujeres; no solo de México sino del mundo entero. Y ojalá que Huesera pueda inspirar a muchas más desde la pantalla”. 

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En los últimos años, y gracias al proyecto Macabro Coven, este importante festival ha impulsado la creación de proyectos de género bajo una óptica femenina. “Lo pensamos inicialmente para tener una equidad forzosa dentro de la programación en nuestro festival”, explica Tenorio. “Pero más que hacer eso, lo que nos dimos cuenta es que hay poca producción de películas dirigidas por mujeres. Y que lo que podíamos hacer con este proyecto era incentivar esa producción y que el resultado no solo se viera después en la programación de Macabro, sino en cualquier festival que esté interesado en estas historias. Ya no como una equidad forzada sino como una diversidad orgánica”. 

Así, este proyecto ha impulsado, además, la conjunción de talentos femeninos en distintas áreas de la producción –como el maquillaje o los efectos especiales– con las cinefotógrafas, las productoras y las directoras que forman parte del cine mexicano en la actualidad. “Ese es nuestro objetivo y creo que esto se va a ver reflejado no solo en la programación de Macabro, sino en otros festivales y en acciones que van a repercutir en la industria”, afirma Edna. “Ya tenemos un corto producido: La última cena de Mitzi Martínez y actualmente está en preproducción El invitado, de Samantha Gomez. Ahí vamos. Despacio pero con el tiempo y con los deseos de que, en el mediano plazo, se sumen más aliados a este proyecto y pronto podamos apoyar la consolidación de un nuevo largometraje mexicano de terror dirigido por una mujer”. 

Para la directora de Macabro, lo hecho por Vuelven y Huesera es algo que le ayudará “a las mujeres del futuro a inspirarse y escribir, producir y filmar sus historias”. Para Michelle Garza, por su parte, lo logrado por su primera película y el gran empuje con el que llega a los cines comerciales, le hace pensar en las generaciones que vienen. 

“Me emociona mucho”, afirma con una enorme sonrisa, “porque creo que las voces femeninas en el género siempre han estado. No es como que, de repente, empezáramos a existir. Siempre han estado. Lo que pasa es que la industria del cine es muy complicada y, a veces, es muy difícil encontrar a los locos que creen en autoras como yo. Me da fe que hayamos llegado hasta este punto y me emociona mucho también pensar en las futuras generaciones que ahí vienen. Ojalá que Huesera pueda inspirarles. Ojalá cada vez seamos más mujeres contando historias desde nuestros países sin tener que repetir fórmulas basadas en planes de marketing o de ventas usados en otros países, sino que partamos de lo propio, porque eso siempre va a ser lo que genere más empatía y lo que más respuesta emocional de las audiencias va a obtener”.