Javier Milei, el ultraderechista que sorprendió con su triunfo en Argentina
Javier Milei, un economista de 52 años, se convirtió en la gran sorpresa de las elecciones internas de Argentina al obtener el primer lugar con el 30 % de los votos y erigirse así, en tiempo récord, como uno de los líderes políticos más importantes del país sudamericano y emblema de la ultraderecha a nivel mundial.
El inesperado caudal de apoyo generó un shock en la clase política y en la sociedad, ya que modificó por completo el panorama rumbo a las elecciones presidenciales del próximo 22 de octubre, en las que ahora avanza como favorito, ya que le sacó casi 10 puntos de ventaja al segundo candidato más votado, el peronista ministro de Economía, Sergio Massa.
Milei es un declarado admirador del Donald Trump y lleva como candidata a la vicepresidencia a Victoria Villarruel, una negacionista de los crímenes de la última dictadura militar argentina (1976-1983).
Este domingo se consolidó como una figura disruptiva, ya que hace apenas tres años era considerado apenas como un personaje mediático que era invitado a los programas porque generaba ‘rating’ gracias a sus gritos, insultos y polémicas, pero nadie esperaba que tuviera una carrera política seria, mucho menos que ganara alguna elección.
Pero, contra todos los pronósticos, Milei ganó en 2021 su primer cargo de elección popular, asumió como diputado nacional, y de a poco, sin que ninguna encuesta o estudio lo anticipara, fue desplazando en intención de voto a las coaliciones que predominaron en la política argentina durante las últimas dos décadas: la peronista y gobernante Unión por la Patria, y la conservadora y opositora Juntos por el Cambio.
Nada horadó su paulatino fortalecimiento: ni sus frecuentes escándalos y peleas públicas; ni sus controvertidas propuestas que van de vender órganos a privatizar la educación y la salud; ni su declarado misticismo que lo hace estar convencido de que Dios le dio la misión divina de gobernar Argentina. Y ahora tiene fuertes probabilidades de lograrlo.
¿Quién es?
Milei comenzó a destacar hace cuatro años como un economista mediático que se definía “anarco-capitalista” y “liberal”.
A fuerza de descontrol, amenazas e insultos contra periodistas y la clase política tradicional (a la que bautizó como “la casta”), fue ganando cada vez más votantes en un país con una inflación que supera el 100 % y en el que la pobreza ha aumentado en los últimos años hasta alcanzar a la mitad de la población.
Gran parte de su popularidad la debe, también, a un innegable carisma que tuvo una especial llegada con los jóvenes veinteañeros, que siempre han vivido en democracia y para quienes la última dictadura es solo historia.
Cuando Milei comenzó a transitar la fama, quedó en claro que nunca había tenido pareja, ni hijos, ni quería tenerlos. Tampoco amigos, ya que con las escasas personas con las que algún día sostuvo algún tipo de relación personal, terminó peleado.
Milei no se habló con su padre y su madre durante más de una década. No podía olvidar ni perdonar las palizas, golpes, humillaciones y maltratos que recibió de niño. Recién retomó la relación con sus “progenitores”, como él mismo los llama, hace un par de años.
Así, su único asidero emocional son su hermana Karina, quien además es su asesora más importante, la que maneja las finanzas del partido; y, sobre todo, a su perro Conan, a quien mandó clonar después de su fallecimiento. Como resultado, hoy tiene a otros seis perros que son lo más importante de su vida, tanto, que a ellos les dedicó su cierre de campaña de las elecciones primarias.
No son solo una compañía, ya que, gracias a la intervención de parasicólogos, médiums, brujos y telépatas, Milei dice que sigue en comunicación con Conan y a sus otros perros les pide consejos sobre su estrategia de campaña, además de que le ayudan a saber qué va a pasar en el futuro y a realizar análisis políticos y económicos. En algunos casos, también se “comunica” con humanos muertos, sobre todo economistas y filósofos.
También cree que Conan es quien le permite estar en contacto directo con Dios. “Yo vi tres veces la resurrección de Cristo, pero no lo puedo contar”, ha dicho el propio Milei, según cuenta el periodista Juan Luis González en la biografía “El Loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina”.
Sombras
La visión mística de Milei se combina con cuestiones más terrenales. En concreto, el opaco y millonario financiamiento que ha recibido y que es controlado por completo por su hermana.
El año pasado, el papel de Karina Milei comenzó a ser cada vez más cuestionado, luego de que estallaran denuncias de que La Libertad Avanza vendía las candidaturas hasta en 50.000 dólares. El escándalo creció y hoy ya hay más casos e investigaciones penales en curso.
En el proceso de construcción del candidato fueron fundamentales las propuestas radicales que lanzó y que, en otras épocas, hubieran escandalizado a la sociedad. Sin embargo, en estos meses coparon la agenda de los medios tradicionales.
Ahí están, por ejemplo, sus planes para privatizar las empresas públicas y dolarizar la economía; combatir al progresismo, al feminismo y a la “ideología de género“; destruir el Banco Central; eliminar la obra pública; permitir la libre portación de armas; terminar con la gratuidad de la educación; abolir el salario mínimo y negar el número de víctimas de la última dictadura militar.
Una de las promesas más populares de Milei es la de terminar con “la casta”, como él mismo define a la clase política privilegiada y corrupta. Sin embargo, en turbias negociaciones políticas, terminó aliándose con personajes que representan todo eso que supuestamente defenestraba, sobre todo en las provincias.
El desfile de nombres que lo han financiado o a quienes, de acuerdo con múltiples denuncias, les ha vendido candidaturas abarcan espectros ideológicos que van desde la ultraderecha hasta el peronismo.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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