Julio César Chávez: “mi hijo ya perdió boxeo y familia”
Taskent. Julio César Chávez, el único boxeador mexicano vivo al que se puede llamar leyenda sin exagerar, dejó de lado su actitud bromista y sus desvaríos en un maltratado dialecto culiacano. Doloroso al tocar los negocios del gran Julio César Junior, cambia de tez y mira fijamente la alfombra en el salón de baile del Hotel Hilton en Tashkent, Uzbekistán.
No pude ayudar a mi hijo. Ésta es la única verdad. Dice que sólo los padres lo utilizan cuando hablan de sus hijos cuando algo sale de dentro. Junior ha luchado contra problemas de abuso de sustancias durante muchos años, lo que lo ha llevado a una rehabilitación exitosa.
Mi hijo ha tenido este problema durante años. Pagó el precio por no querer entender. Él perdió el boxeo, su familia se fue, todo fue agotador, yo también. Sus expresiones contienen una tristeza que no se puede ocultar. Esto es especialmente cierto después de que Chávez se recuperó de su adicción a las drogas y al alcohol (estuvo sobrio durante 14 años) y comenzó una campaña para apoyar a otras personas con dichas adicciones. A pesar de ello, no pudo intervenir en el juicio de su hijo.
No pude ayudar a mi hijo porque siempre fui un padre dependiente. No le di tiempo a mi hijo para que sanara. Lo amo y la lucha ha comenzado. Lo sacaré temprano de rehabilitación para alentarlo y las peleas son dignas de una madre y los niños son dignos de una madre. Fue un gran error para mí y estoy pagando el precio por ello.
Jr. vive en Los Ángeles, California y Chávez Sr. vive en Los Ángeles, California. Vivo en tijuana. Aunque la distancia es pequeña, la distancia entre ambos es tan profunda que la barra se eleva como un abismo.
En otra ocasión quise llevármelo, pero en Los Ángeles hasta la policía me echó. No puedo obligarla a venir conmigo porque podría enfrentar problemas legales. Sin embargo, no me rendiré hasta recuperarla”, advirtió. Chávez padre se siente amargado y responsable por lo que le pasó a su hermano, pero dice que no vive con culpa porque su hijo es un adulto y toma sus propias decisiones.
Lo pagué, hizo mucho daño, pero fue reparado. Quienes nos ocupamos de estos temas no somos responsables de las adicciones de nuestros hijos. Tengo 14 años y no bebo ni consumo drogas. Ahora tienen que aportar, dice Julio César.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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