Los secretos de la Base Militar subterránea de Dulce
Las bases militares “secretas” (o poco expuestas) en suelo de EEUU han dado rienda a innumerables leyendas y teorías de la conspiración. Una de ellas es la supuesta base militar subterránea de Dulce en Nuevo México, la cual no aparece en el listado de bases militares del Departamento de Defensa de EEUU (existencia que se puede demostrar con documentación de la CIA y de la NSA).
La base de Dulce comenzó a tener más relevancia entre el gran público a consecuencia del testimonio de varios ex trabajadores de la citada base, entre los más famosos Philip Schneider y Thomas Castello, ambos con una historia increíble a sus espaldas.
Schneider, ingeniero de estructuras y geólogo, trabajó durante varios años para el gobierno de EEUU realizando una serie de túneles que conectaban bases militares subterráneas en territorio estadounidense. Para añadir un plus a su vida misteriosa, su padre, Oscar Schneider, fue un capitán de la Armada de EEUU ligado al “Experimento Filadelfia”.
El hecho que más le popularizó fue su relato de un enfrentamiento con extraterrestres, protagonizado por varios militares y el propio Schneider. Afirmó que una herida que tenía en el pecho y los dedos amputados (que mostró al público en numerosas ruedas de prensa) fueron provocados en aquel enfrentamiento con los alienígenas que trabajaban en el subsuelo de Dulce.
Thomas Castello era un ex oficial de seguridad de la base de Dulce, quien hizo público una serie de documentos que afirmaba haber sacado de la Base Militar de Dulce. También afirmó que la base se dividía en 7 niveles subterráneos, con más restricción y seguridad de acceso según se iba descendiendo por cada nivel.
Schneider se suicidó según la versión oficial, pero las pruebas de su supuesto suicidio desaparecieron según la policía, la versión del suicidio contrasta con el modo y la imposibilidad física de llevarlo a cabo. Castello desapareció de un día para otro, sin saber nada de él al igual que ocurrió con su familia años atrás.
El testimonio de estos dos testigos (al igual que el de muchos otros) se ha ridiculizado y “machacado” hasta la extenuación, en parte por la inercia de negar cualquier prueba que implique OVNIs, extraterrestres o conspiraciones de cualquier gobierno.
Pero también Castello puso de su parte, pues presentó imágenes que eran claramente falsas, como la que mostraba unas instalaciones con cuerpos humanos en una especie de “bolsa amniótica”, imágenes que pertenecen a la película “El sexto día” de Arnold Schwarzenegger, hecho irrefutablemente contrastable.
Otro personaje que no ayudó con las supuestas pruebas de la Base de Dulce fue Edward Snowden, quien hizo públicas unas fotografías (según él de alto secreto) donde aparecía una supuesta aeronave secreta conocida como Mach-8 (perteneciente al proyecto AURORA), la cual se estaría probando en secreto por el ejército de EEUU en Dulce.
No hay pruebas de la existencia del Mach-8, aunque del Mach-3 Blackbird también se dijo que no existía y años después se demostró lo contrario, pero las imágenes que presentó eran falsas claramente, eran imágenes de trabajos de Alex Jay Brady y Anton Tenitsky, artistas de obras de arte conceptual y modelos en 3D. Si mientes para demostrar tu “supuesta verdad” pones en peligro tu testimonio y el de otros.
Pero el caso de Schneider era distinto, además de sus testimonios, mostró documentación y datos concretos sobre las instalaciones subterráneas, así como maquinaria y tecnología que se usó. Igual que ocurrió con Bob Lazar (del que se dijo que mentía, pues sus testimonios eran increíbles técnica y físicamente), con el tiempo se ha podido comprobar que no mintió en cuanto a la parte tecnológica (el testimonio de los extraterrestres todavía no se puede demostrar).
Hay una serie de documentos (de la CIA, NSA y del Departamento de Defensa), clasificados en la década de 1970 y de 1990, que hacen referencia a maquinaria, tecnología y proyectos de ejecución de túneles en Dulce. Estos documentos recogen, desde vehículos subterráneos de alta velocidad (mayor que la de aviones), vigilancia ocular a través de rocas, hasta la tecnología para la licuación de piedras.
Estudiados estos documentos se puede comprobar que la parte técnica de los testimonios y documentos que hizo públicos Schneider eran ciertos. ¿Esto demostraría que le mataron? Por supuesto que no, pero si puede dar justicia a sus miedos y precauciones, ridiculizado cada vez que hablaba del riesgo que corría él y su familia al hacer publica toda la información que poseía.
A continuación comparto con vosotros la documentación original que demuestra como ciertos los testimonios de Philip Schneider, algunos de William Cooper y unos pocos de Thomas Castello.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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