María Félix: 3 actores del Cine Mexicano que marcaron su vida
Dentro de la Época de Oro del Cine Mexicano uno de las grandes personalidades que triunfaron en la industria fue María Félix, quien cruzó fronteras con sus películas, pues además de ser conocida en su país natal, también brilló en el resto de América Latina y en Europa. A pesar de que es muy popular debido a sus personajes en la pantalla grande, igualmente destacó por sus amores, entre ellos tres actores que marcaron su vida, debido a la fuerte relación que tuvo.
Originaria de Sonora, fue descubierta por el director Fernando Palacios, quien la convenció a inscribirse en clases de actuación, baile y dicción. Su primera oportunidad fue el protagónico de “El Peñón de las Ánimas”, de 1942, con la que se ganó el interés del público y de los cineastas, quien la incluyeron en otros proyectos como “Enamorada”, “Doña Bárbara”, “Tizoc. amor de indio”, “La cucaracha” y “Juana Gallo”, por mencionar algunas de las más de 40 producciones en las que participó en sus años de carrera artística.
Además de ser una figura importante de la cinematografía nacional, “La Doña” también llamó la atención debido a su extravagante vida, ya que encima de estar rodeada de lujos, tuvo algunos amores con los que aún es relacionada a pesar de que han pasado 20 años desde su partida. Varios de ellos fueron miembros de la farándula mexicana, por eso aquí recordamos a tres de los actores del Cine Mexicano más significativos para la diva de la pantalla grande.
Jorge Negrete
En la película que marcó su debut en la industria, María Félix compartió créditos con Jorge Negrete, quien comenzaba a consolidarse como uno de los galanes más importantes. Aunque sus personajes se amaban profundamente, en la vida real los actores tenían una mala relación, ya que se dice que “El Charro Cantor” quería que su novia en ese momento, Gloria Marín, fuera su coestrella, sin embargo, sonorense fue la que obtuvo el papel desatando una serie de desencuentros durante el rodaje que hicieron que la actriz prometiera no trabajar con el intérprete de “¡Ay, Jalisco no re rajes”.
No obstante, los actores se volvieron a encontrar 10 años después en “El rapto”, cinta en la que Negrete logró enamorarla, por lo que llegaron al altar en 1952. La felicidad de la pareja duró muy poco, ya que el cantante enfermó al siguiente año de su unión matrimonial y murió el 5 de diciembre de 1953, marcado la vida de la protagonista de “Maclovia” debido a su particular historia de amor.
Agustín Lara
El actor y compositor originario de Veracruz conquistó a María debido a su talento, pues a la diva del Cine de Oro le gustaba su voz y sus letras. La pareja llamó la atención debido a la diferencia de edad, pues el músico le llevaba 17 años, no obstante contrajeron nupcias en 1945, en una boda que se realizó en una casona de Polanco y que tuvo una luna de miel en Acapulco. Agustín Lara plasmó su amor en una canción llamada “María Bonita”, apodo que también recibió la actriz.
Sin embargo, su relación estuvo llena de peleas y humillaciones por parte de “El Flaco de Oro” hacia su esposa, por lo que en 1948 se divorciaron. Mientras Félix se quedó en Madrid, España, en donde era muy querida, el intérprete siguió con su carrera y muchos años después volvió a casarse, pero con Roció Durán, una joven que había “adoptado” junto a la estrella de “Doña Diabla”.
Enrique Álvarez Félix
La actriz se casó por primera vez en 1931 con Enrique Álvarez, padre de su único hijo Enrique Álvarez Félix, quien nació el 6 de abril de 1935. Su primogénito asistió a los mejores colegios militares de Canadá, Estados Unidos y Francia, no obstante, el joven decidió seguir los pasos de su mamá, así que también fue parte del espectáculo mexicano, por lo que tuvo varias participaciones en cine y televisión como “Los Caifanes” y “Colorina”, con Lucía Méndez, a quien enamoró.
Con una carrera consolidada, a los 62 años de edad, Enrique Álvarez Félix murió de manera sorpresiva el 24 de mayo de 1996, ya que fue víctima de un infarto agudo al miocardio. Esta fue una de las mayores pérdidas de “La Doña”, quien se dice se avergonzaba de su hijo debido a que era homosexual, orientansión que ocultó hasta el día de su partida.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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