Netflix se la jugó atacando las cuentas compartidas y metiendo publicidad. De momento le está saliendo bien
Netflix ha anunciado sus resultados financieros para el segundo trimestre de 2023. Una de cal y otra de arena: aumentan los suscriptores, pero el incremento de beneficios no es equivalente, e incluso hay algún que otro dato en retroceso. Indiscutiblemente, la plataforma se encuentra en una fase de transición. La pregunta es: ¿hacia dónde?
Suben los suscriptores. 5’89 millones de suscriptores más. Esa es la sorprendente cifra, rebasando las expectativas, que ha anunciado la plataforma. Los analistas apostaban por una cifra más cercana a los 1’7 millones de nuevos clientes, pero Netflix ha ido más allá, alcanzando un total de 238’39 millones de suscriptores, lo que deja definitivamente atrás los 232’5 con los que cerró el trimestre anterior. Supone un crecimiento interanual del 8%. y de ese total 1’17 millones pertenecen a Estados Unidos y 2’43 a Europa, Medio Oriente y África.
Crecimiento constante. Netflix ha comentado, en la carta a sus accionistas, que anticipan un incremento comparable en suscripciones pagadas en el tercer trimestre. Son buenas noticias para la compañía, que deja atrás así, de forma definitiva, las perspectivas que hablaban de una caída permanente de suscripciones tras sus últimas medidas para evitar que sus espectadores compartan cuentas, y que hablaban hace no mucho de caídas de un millón de suscriptores.
Cifras relativas. El intríngulis de estas cifras consiste en que aunque haya un incremento de suscriptores, eso no quiere decir que lo haya también de espectadores: muchas de estas suscripciones son hogares que antes compartían cuenta y que ahora han decidido pagar suscripciones. Es decir, aunque Netflix no especifica la naturaleza de estas nuevas suscripciones, cabe pensar que muchas de ellas ya veían Netflix sin pagar. Y esto no es bueno si la plataforma quiere seguir creciendo.
Ganancias por debajo de lo esperado. Las ganancias de la plataforma suben: un 2’7% de subida (un poco más si excluimos el impacto del cambio de divisas ajenas al dólar: un 6%). Es una cantidad que está por debajo de lo esperado, y en cualquier caso, es una cifra minúscula. Se trata de un beneficio de 1.500 millones de dólares, que Netflix pretende que suba en el tercer trimestre: proyecta ingresos de 8.500 millones, con un beneficio neto de 1.600 millones, en la línea de este periodo que acaban de cerrar.
El fantasma de la huelga. Netflix tiene, con estas cifras, una serie de importantes desafíos ante sí. El más imprevisible es el de cómo afectarán las huelgas de guionistas y actores a sus propias producciones, que la plataforma reconoce en su carta a los accionistas que puede generar cierta “irregularidad”. Aún así, espera que de cara a 2024 el balance financiero sea positivo, con una relación de 1:1 entre el gasto de contenido en efectivo y la amortización de contenido.
La desaparición del plan básico sin anuncios. Queda por ver hasta qué punto el anuncio ayer mismo, antes de hacer públicos los resultados, de que en Estados Unidos y Reino Unido desaparecía el plan básico sin anuncios, dejando como únicas opciones para los espectadores una subida de precio o un precio algo más bajo pero con publicidad, afecta a los suscriptores. Netflix está, muy claramente, tensando la cuerda de lo que sus clientes están dispuestos a pagar por un contenido que ya no tiene el brillo de hace unos años. Tras hacer limpieza de cuentas superfluas, llega el momento de volcarse con los anuncios.
El negocio de la publicidad. Se trata de una opción complementaria a las suscripciones, y que Netflix está acariciando: The Information habla de 1’5 millones de cuentas en Estados Unidos suscritas a la opción con anuncios, y la cifra podría ser el doble en territorios de fuera de su país de origen. Casi cinco millones en total. Son cifras aún poco atractivas para los anunciantes, y esa es la auténtica razón de que desaparezca el plan básico sin anuncios: Netflix quiere empujar a esa zona a sus clientes que no quieran pagar más. ¿Pero realmente tiene la plataforma un catálogo para lo que queda de 2023 y para el próximo 2024 que justifique esas pretensiones?
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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