Trump y Groenlandia: el controvertido interés de Estados Unidos por la isla más grande del mundo
Donald Trump, exmandatario de Estados Unidos, ha revivido sus intenciones de incorporar Groenlandia al territorio estadounidense, calificándola como “una necesidad absoluta”. Este interés, expresado previamente durante su primera presidencia, resurge con un tono más enérgico. Trump afirmó que Dinamarca debería ceder la isla para salvaguardar el “mundo libre”. Incluso, sugirió que los habitantes de Groenlandia podrían optar por la independencia o la anexión a EE.UU., mientras amenazaba a Copenhague con imponer aranceles severos y, en última instancia, no descartaba el uso de la fuerza militar para lograr su objetivo.
Groenlandia, hogar de apenas 57,000 habitantes y en su mayoría cubierta por hielo, ha sido parte de Dinamarca durante más de 600 años. Si bien ahora goza de autonomía, con el derecho a reclamar independencia mediante votación desde 2009, históricamente ha sido objeto de interés estratégico y económico para Estados Unidos.
Un interés de larga data
El interés estadounidense en Groenlandia no es nuevo. En la década de 1860, un informe del Departamento de Estado bajo la administración de Andrew Johnson destacó su potencial como inversión estratégica debido a su abundancia de recursos pesqueros y minerales. Más tarde, en 1946, el presidente Harry Truman ofreció 100 millones de dólares en oro a Dinamarca por la isla, argumentando su valor militar en el contexto de la Guerra Fría. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada, considerada ofensiva por Copenhague, y no se hizo pública hasta 1991.
Un enclave estratégico en el Ártico
Groenlandia posee una importancia geopolítica clave para Estados Unidos, ya que su ubicación entre Europa y América del Norte la convierte en un punto estratégico para la defensa militar. Actualmente, el Ejército estadounidense opera una base en Pituffik, utilizada para su sistema de alerta temprana de misiles balísticos. Además, Washington ha mostrado interés en establecer radares en la isla para monitorear las aguas árticas, una ruta crucial para la Armada rusa y sus submarinos nucleares.
Aparte de su ubicación estratégica, Groenlandia alberga valiosos recursos naturales, como carbón, zinc, cobre, hierro, diamantes y potenciales yacimientos de petróleo y gas natural. Sin embargo, su explotación se ha visto limitada tanto por las duras condiciones climáticas como por políticas ambientales que prohíben la extracción de petróleo y gas.
Reacciones desde Dinamarca
El gobierno danés ha rechazado categóricamente los intentos estadounidenses de adquirir Groenlandia. En 2019, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó la oferta de Trump como “absurda”, destacando la soberanía danesa sobre el territorio y el respeto hacia la autonomía de sus habitantes.
Mientras tanto, el futuro de Groenlandia sigue siendo incierto. Con su primer proyecto de Constitución presentado en 2023, la isla podría estar más cerca de decidir su propio destino, ya sea como nación independiente o bajo una mayor influencia de potencias como Estados Unidos.
Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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