16 Detenidos Tras Brutal Represión en Argentina: Presos por Protestar

María Soledad Cerutti, docente de Historia; Lucía Puglia, estudiante de Letras; Camila Juárez, estudiante de Sociología; y Sasha Lyardet, estudiante de Comunicación. Santiago Adano es músico, y Remigio Ocampo vende empanadas. Juan Spinetto es abogado.

Estos son solo algunos de los 33 detenidos el miércoles pasado en Buenos Aires durante una represión policial afuera del Congreso, mientras el Senado debatía la Ley Bases, uno de los proyectos clave del presidente Javier Milei.

Gracias al activismo de organizaciones como la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), el viernes fueron liberados 17 de los acusados. Sin embargo, todos los detenidos siguen sujetos a procesos penales.

La oposición y organizaciones de derechos humanos exigen la retirada de los procesamientos y la liberación de los 16 que aún permanecen detenidos.

El escándalo crece con las denuncias de que el gobierno de Milei viola el derecho a la protesta, reprime manifestantes y realiza detenciones arbitrarias.

“Cuando se reprime y se manda a la cárcel indiscriminadamente, y todavía hay gente detenida, es porque algo muy malo está pasando en nuestro país”, advirtió Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, uniéndose a las voces que piden la liberación de los detenidos.

Reclamos

El periodista Alejandro Bercovich criticó a sus colegas que apoyan el discurso represivo del gobierno.

“En una semana en la que votan una ley con una senadora comprada para saquear al país y se llevan a 30 personas presas por protestar, 16 de ellas todavía presas hoy, son presos políticos. (Hay periodistas que) eligen mirar para otro lado. A esos y a los que justifican todo, vergüenza”, dijo el domingo por la noche al recibir el premio Martín Fierro, el galardón periodístico más importante de Argentina.

Los familiares de los 16 detenidos realizaron una asamblea el lunes frente al Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), una reconocida organización de derechos humanos, recibiendo el apoyo de otros colectivos que rechazan la criminalización de ciudadanos cuyo único “delito” fue salir a protestar.

Entre los imputados hay vendedores ambulantes trabajando, estudiantes universitarios, docentes, un músico que bajaba del metro y personas que viven en la calle.

No obstante, están acusados de “intimidación pública”, “incitación a la violencia”, “atentado y resistencia a la autoridad” y “perturbación del orden”.

El cargo más grave es el de “delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional”, apoyando el discurso gubernamental que tilda a los manifestantes, de manera desproporcionada, como “terroristas” que querían cometer un “golpe de Estado”, pese a que no promovieron el derrocamiento de Milei ni tienen respaldo policial o militar.

Mecanismo

La represión del miércoles siguió un patrón observado desde que Milei asumió el poder en diciembre. Todo comienza con una protesta masiva y pacífica, interrumpida por actos vandálicos, seguidos de represión policial.

Ese día, la represión incluyó gases lacrimógenos, balas de goma, golpes con toletes, persecuciones y detenciones al azar, detonada por la quema de autos realizada por algunos grupos de hombres.

Aunque hay grabaciones que muestran sus rostros, ninguno ha sido detenido, reforzando la tesis de que eran infiltrados enviados por las fuerzas de seguridad para provocar violencia y justificar la represión.

También hay imágenes de algunos provocadores entrando a los corralones donde se resguardaban policías que los saludan. Hasta ahora, no han sido identificados.