
“La era dorada de EE. UU. comienza ahora”: Donald Trump regresa a la Casa Blanca como el 47º presidente
Donald Trump, durante su discurso de toma de posesión como el 47º presidente de los Estados Unidos, dejó claro que su gobierno marcará el inicio de lo que llamó “la edad de oro de EE. UU.”. En un tono desafiante y optimista, prometió que, bajo su mandato, el país volvería a ser “respetado en todo el mundo” y se convertiría en “la envidia de todas las naciones”. Trump aseguró que no permitirá que otros países se aprovechen de EE. UU. durante su administración.
El presidente no dudó en criticar el actual estado del país, mencionando especialmente la educación y la salud, dos áreas que considera en declive. “Todo esto cambiará a partir de hoy, y cambiará muy rápido”, aseguró, haciendo énfasis en que su elección representa un mandato para revertir lo que consideró una “traición horrible” y devolver al pueblo estadounidense la fe, la riqueza, la democracia y, sobre todo, la libertad.
Trump también subrayó que el periodo de declive de EE. UU. ha llegado a su fin y prometió tomar medidas inmediatas para rectificar lo que considera una era de decadencia. “Mi reciente elección es un mandato para revertir todo lo que ha socavado al pueblo estadounidense”, afirmó.
Órdenes ejecutivas para un cambio radical
En su discurso inaugural, el presidente destacó una serie de “órdenes ejecutivas históricas” que firmará en los primeros días de su mandato. Entre ellas, mencionó una orden para detener inmediatamente la censura gubernamental y restaurar la libertad de expresión en EE. UU., un tema que ha sido central en su retórica. Trump anticipó que, con estas acciones, su gobierno iniciará la “restauración completa” del país y una “revolución del sentido común”, un lema que ha sido central en su discurso político desde su campaña.
El regreso de Trump a la Casa Blanca promete ser un periodo cargado de cambios radicales y promesas de recuperación para EE. UU., mientras enfrenta un panorama político y social profundamente dividido.

Un partido revolucionario, si en verdad está empeñado en hacer y dirigir la revolución no puede renunciar al legítimo derecho de ser o formar parte de la vanguardia histórica que en efecto haga y dirija la revolución socialista en nuestro país, es de hipócritas decir que se lucha sin aspirar a tomar el poder y mucho más aún si se pretende desarrollar lucha diciendo que no busca ser vanguardia cuando en los hechos se actúa en esa dirección.
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