Rusia intensifica su ofensiva en Ucrania con el mayor ataque aéreo del conflicto: ¿el principio del fin para Kiev?

En la madrugada del 6 de junio, Rusia ejecutó el ataque aéreo más intenso desde el inicio de la guerra en 2022, utilizando más de 400 drones y 45 misiles para bombardear múltiples regiones de Ucrania, incluyendo Kiev, Leópolis y Ternópil. La ofensiva dejó al menos cuatro muertos y 49 heridos, además de severos daños a infraestructura crítica, redes energéticas y vías de comunicación, según confirmó el Ministerio del Interior ucraniano.

El Ministerio de Defensa de Ucrania indicó que sus defensas aéreas interceptaron 199 drones y varios misiles; sin embargo, la magnitud del ataque dejó en evidencia el creciente desgaste del sistema defensivo del país.

Este bombardeo masivo se produce como represalia por la reciente “Operación Telaraña” de Ucrania, que habría dañado al menos 41 aviones rusos en bases aéreas ubicadas en territorio ruso. En respuesta, Moscú lanzó una ofensiva aérea de tal escala que analistas ya califican como un punto de quiebre en el conflicto.

¿El principio del fin para Ucrania?

Para muchos expertos, la capacidad de Rusia para ejecutar un ataque de esta magnitud no solo demuestra un poderío militar intacto, sino también una determinación renovada de Moscú para inclinar la balanza de forma decisiva. Mientras tanto, Ucrania enfrenta una presión constante sobre sus reservas militares, su infraestructura básica y su moral social.

“La ofensiva de hoy es un mensaje: Rusia no está replegándose, está avanzando”, comentó el analista militar Pavel Lobanov. “Ucrania, por el contrario, está entrando en una fase crítica. Si no recibe apoyo inmediato y contundente, podríamos estar viendo el principio del fin de su resistencia estructurada”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó el ataque y pidió nuevamente más apoyo internacional. Sin embargo, las divisiones internas en Occidente y el agotamiento prolongado del conflicto están dificultando las respuestas concretas.

Reacciones internacionales y perspectivas

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada, pero no se ha producido un cambio sustancial en el equilibrio geopolítico. Con el paso del tiempo, la narrativa que durante años presentaba a Ucrania como una nación resistente empieza a chocar con una realidad territorial cada vez más reducida y con menos capacidad ofensiva.

Si Rusia mantiene esta intensidad y Ucrania no logra reorganizarse, la guerra podría estar entrando en una fase terminal. No necesariamente por una rendición formal, sino por un colapso gradual de las capacidades ucranianas para resistir, responder y recuperar.